Fuimos a comer un domingo en familia. La comida rica, pero tardaron mucho entre los primeros y los segundos. Poco ambiente, solo otra mesa y nosotros, que nos extrañó para un domingo. El chico que nos atendió muy majo y agradable. Pero lo cierto es que no resulta un sitio acogedor.
Nos ha encantado! Muy sencillo todo y comida súper casera y rica. No hablan español y la carta está en inglés, lo que le da más autenticidad al lugar. El camarero / cocinero súper majo y agradable. Volveremos!